¿Por qué me gusta dar clases?
Supongo que será una cuestión vocacional, pero desde que empecé a trabajar no he podido, o no he querido, dejar de aceptar propuestas para dar cursos de formación en comunicación gráfica en distintos centros públicos y privados. Es como si sintiera la necesidad de transmitir lo que he ido aprendiendo durante estos casi 30 años de experiencia en este apasionante mundo de la comunicación y el diseño gráfico.
Tal vez sea por mi perfil más técnico (soy una de esas rara avis que hizo Bellas Artes después de hacer un bachillerato de «ciencias puras», como se llamaba entonces), empecé impartiendo cursos en el Master de Artes Gráficas que enlazaban con la parte más «científica» de la profesión, como la gestión del color o los procesos de impresión industrial.
Pero con el crecimiento de Internet y, sobre todo, después de consolidar grafico.es empecé a impartir cursos más conceptuales, basados en los conocimientos de comunicación gráfica, marketing online y diseño de UX. La experiencia que me ha proporcionado trabajar para tantas empresas me ha permitido crear temarios dinámicos y adaptados al perfil de los receptores, sean responsables de marketing de las bodegas, futuros diseñadores gráficos o ilustradores.
La formación en comunicación gráfica
Formar en comunicación gráfica tiene su aquel. Es una disciplina muy práctica, pero con una alta necesidad de conocimientos teóricos y conceptuales para llevar a buen puerto las ideas, sean propias o ajenas. Por este motivo intento, en el diseño de cada curso, que se equilibren dos tipos de dinámicas. Por un lado, preparo proyecciones con explicaciones concisas y visuales que complementan lo que voy contando. Por otro, planteo ejercicios prácticos muy dinámicos, basados en el trabajo en equipo, los juegos de rol y las simulaciones empresariales.
Desde 2017 estoy impartiendo cursos en ESAT, en el postgrado en Ilustración profesional dirigido por Carlos Ortín. La experiencia no puede ser más satisfactoria. Ayudar a futuros ilustradores a entender la parte más «marketiniana» de su trabajo, es apasionante. La integración de la ilustración con el diseño gráfico es una disciplina que, para mentes tan creativas como las de estos profesionales en ciernes, se me antoja imprescindible en los tiempos que corren.